El Colegio de Médicos de Madrid extiende la alfombra roja a los gurús de la inmortalidad
By cuterose

El Colegio de Médicos de Madrid extiende la alfombra roja a los gurús de la inmortalidad

12/04/2022  |   626 Views

El transhumanismo parte de la idea de que la muerte es solo un problema técnico, derivado del inevitable envejecimiento celular, y que por lo tanto es posible resolverlo gracias a la tecnología. El movimiento que rodea a esta forma de pensar no para de crecer en popularidad, en parte gracias al impulso filantrópico de los grandes magnates de Silicon Valley, y por tanto en financiación, para realizar experimentos con gusanos o ratones que, según sus promotores, demuestran que la inmortalidad no solo es posible, sino que será una realidad a mediados de este siglo.

Esta manera de pensar tiene adláteres tan poderosos como Elon Musk, Peter Thiel o el fundador de Google Larry Page. También Jeff Bezos, quien recientemente ha lanzado Alto Labs, una 'startup' cuyo objetivo último es revertir el envejecimiento para prolongar la vida humana, para lo cual ha contratado secretamente y por cantidades millonarias a investigadores tan prestigiosos como Juan Carlos Izpisúa Belmonte o Manuel Serrano.

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Sin embargo, los entusiastas de la extensión —incremental o indefinida— de la vida humana no han podido quitarse del todo una mácula: la falta de respaldo por parte de la comunidad médica. Pero incluso esto está empezando a cambiar.

El Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid inaugura este viernes el congreso TransVision, donde se darán cita (en directo o por Zoom) los principales apologistas de la inmortalidad. Mientras algunos de los asuntos que se tratarán pueden tener un interés médico, como los estudios sobre acortamiento de telómeros y su efecto en la extensión de la vida, otras áreas resultan tan osadas a día de hoy que la comunidad científica las cataloga como 'ciencia-ficción', 'filosofía' o directamente 'fantasía'. Por ejemplo, la criopreservación —mantener cadáveres a -196ºC para detener el deterioro de los tejidos a la espera del día en que una cura sea posible— o el advenimiento de los poshumanos cuando la biología y la inteligencia artificial se hibridarán para crear seres ajenos a la mortalidad.

No es un misterio que, para los organizadores, celebrar este congreso en el Colegio de Médicos es una forma de tender puentes con la medicina, o dicho de otro modo, de dar a todas estas ideas una pátina más de seriedad. El principal promotor de TransVision, el ingeniero hispano-venezolano José Luis Cordeiro, está exultante de que se celebre "en un auditorio que es lo más espectacular y clásico de toda España", explica a El Confidencial. "Este es un evento cumbre del futuro, no es de transhumanismo, de hecho mucha gente no quiere usar la palabra, de hecho hemos cambiado el nombre de la World Transhumanist Association a Humanity+ porque esto generaba muchos malentendidos: había gente que pensaba que no nos gustaban los humanos o que éramos transexuales".

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La palabra inmortalidad también está siendo reemplazada por 'amortalidad' en estos círculos, ya que la primera generaba cierto rechazo a los religiosos. Pero en el fondo, la idea es la misma: negar la muerte.

Corpus teórico y aplicación práctica

Cordeiro ha invitado al congreso al padre del movimiento, el futurista Ray Kurzweil. Este empleado de Google de 73 años, experto en inteligencia artificial y procesamiento del lenguaje natural, ha predicho que la Ley de Rendimientos Acelerados —la que sucede a la célebre Ley de Moore: cada dos años se duplica la capacidad de los ordenadores y se reduce el precio— provocará a partir de 2030 un avance exponencial de las tecnologías que conducirá a alcanzar el fin último, la singularidad tecnológica, alrededor de 2045.

"Al igual que Ray Kurzweil, yo me mantengo en mis palabras y mis proyecciones hasta el año 2099", dice Cordeiro. Básicamente, este ingeniero del MIT y profesor de la Singularity University, de 59 años, confía en llegar sano al año 2029, cuando los avances médicos y tecnológicos permitirán que "por cada año que vivas de más, ganarás un año extra". Así se extenderá tanto la longevidad como la inteligencia de los seres humanos y para mediados de siglo, auguran, la inmortalidad no solamente será posible, sino que será gratis. La muerte será opcional.

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"Yo dije que en cinco años íbamos a curar la malaria, el sida y casi todos los cánceres, que es justo lo que han anunciado con las vacunas de ARN mensajero", insiste Cordeiro. "La pandemia ha servido para eso, para darnos cuenta de que la salud es lo más importante y también para avanzar increíblemente".

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Para conservarse perfectamente hasta su encuentro con las tecnologías que le proyectarán al futuro, Cordeiro sigue unos estrictos protocolos de ayuno intermitente o autofagia. "Dejo de comer durante tres días cada mes para, por así decirlo, que las células más fuertes se coman a las más débiles", explica. Además, toma diariamente una pastilla de metformina, un medicamento que ayuda a controlar la glucosa en sangre y está enfocado a diabéticos tipo 2. Este entusiasta del transhumanismo declara que, gracias a sus cuidados, posee un cuerpo de menor edad de la que señala su documento de identidad.

El ayuntamiento, a tope

Tanto el presidente del Colegio, Manuel Martínez-Sellés, como el alcalde de Madrid participarán en la inauguración. El ayuntamiento es uno de los principales patrocinadores del evento a través de Madrid Innovation Lab, el organismo que reemplazó hace unos meses el proyecto vecinal de la Casa de Cultura de Chamberí. El concejal naranja de Innovación, Ángel Niño, promovió estos días el evento como una cumbre futurista de "innovación, inteligencia artificial, robótica y avances médicos".

El presidente del Colegio, Manuel Martínez-Sellés, ha querido puntualizar que "nuestra institución está siempre abierta a la divulgación del conocimiento científico si esta se hace de una manera seria, realista y ética". Los organizadores, añade, han asegurado la intervención de científicos de renombre como el astrofísico John Mather, premio Nobel de Física en 2006 por sus estudios sobre el Big Bang, "y, sobre todo, que no se enviarán mensajes contrarios al código de deontología médica", dice el presidente.

Otros colegiados no ven tan clara la vinculación entre el congreso y los valores de la institución que lo alojará en los próximos días. "Creo que está fuera de lugar, no es el sitio", dice Borja Castejón, cirujano cardiovascular y colegiado del Icomem, que entre 2016 y 2020 formó parte de la anterior junta directiva. Castejón explica que el Colegio debería, en la medida de lo posible, cuidar que los actos que allí se organicen se enfoquen a las necesidades de los colegiados y descartar "actividades no relacionadas con la medicina o sin rigor científico".

"En su momento, limitamos actividades como un acto de una ONG que no tenía nada que ver con la medicina", añade. Durante su mandato, el Colegio de Médicos de Madrid afrontó una polémica similar en 2019 por la impartición de un curso que incluía la terapia ortomolecular, una pseudociencia que promueve el consumo de vitaminas como la C en grandes cantidades con la promesa de prevenir enfermedades y alcanzar la sanación de los pacientes. El entonces presidente, Manuel Sánchez Chillón, ordenó la cancelación del 'curso de medicina ambiental' y desplazó la responsabilidad al co-organizador, la Fundación Alborada.

"En su momento, creamos un comité científico con miembros de todas las sociedades científicas para que las decisiones de este tipo no recayeran solo en la junta directiva", recuerda Castejón, "y el comité fue disuelto por la nueva junta; desconozco cómo gestionan actualmente este tipo de cosas".

¿Es una pseudociencia? No tan rápido

Sin embargo, ¿es posible aplicar el mismo criterio que se sostuvo con la terapia ortomolecular al congreso que acogerá ahora el Colegio? No es tan sencillo, porque el transhumanismo es inaprensible porque gran parte del discurso trascurre en el futuro. Cuando el gerontólogo británico Aubrey de Grey, una de las cabezas de cartel de TransVision, sostiene que el primer ser humano que llegará a vivir 1.000 años ya ha nacido o que el envejecimiento podrá ser revertido... es difícil catalogarlo de pseudociencia, pero sigue estando muy lejos de lo que entendemos por ciencia médica. Simplemente, no opera en el presente, por muy informadas que estén, son proyecciones y por tanto no pueden ser falsables.

Cordeiro, por ejemplo, ha afirmado en diversas ocasiones que "en 2045 el hombre será inmortal", que "el envejecimiento será curable, que "ninguna enfermedad podrá acabar con la especie humana" o, sin ir más lejos, que "esta será la última pandemia".

"Hasta donde sé Cordeiro no defiende eso", precisa Martínez-Sellés, "aunque sí algo que se aproxima a eso. Yo, personalmente soy totalmente escéptico a esa idea. La historia nos enseña lo difícil que es predecir el futuro y la pandemia lo ha puesto una vez más de manifiesto". Sin embargo, el cardiólogo y presidente del ICOMEM desde 2020 cree que es necesario abrir el debate sobre cómo abordar el envejecimiento de la población. "Nuestro colegio tiene un Comité del Científico del Adulto Mayor y está muy involucrado en todos los temas geriátricos. España será en menos de veinte años el país más envejecido del mundo y tenemos que prepararnos para un cambio profundo en la asistencia sanitaria".

Para este médico, la posibilidad de vivir más tiempo "es uno de nuestros logros colectivos más extraordinarios, pero seguir aumentando la longevidad y mejorando la calidad de vida también abre nuevos interrogantes como la frontera entre terapia y mejora y las limitaciones éticas para conseguirlo. Por supuesto que para aprovechar de forma adecuada el crecimiento exponencial de las nuevas tecnologías es necesario gozar de una amplitud mental, pero esto no nos debe llevar a admitir que todo vale".

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Otra de las ponentes será la empresaria estadounidense Liz Parrish, conocida como la 'paciente cero' de su propia terapia génica. Pese a tener 51 años, Parrish declara que muchas de sus células tienen 35.

En España, uno de los más acerados observadores de este fenómeno es Antonio Diéguez, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Málaga y autor de dos libros, 'Transhumanismo', de 2017, y el más reciente 'Cuerpos inadecuados', publicado este mismo año. Diéguez concede que la rápida evolución de los avances en genética, inteligencia artificial o biotecnología afectará de manera sustancial a la medicina e incidirá positivamente en la esperanza de vida, pero cree que las predicciones de los transhumanistas fallan a la hora de abordar la complejidad del mundo.

"Hay muchísimos aspectos que se pasan por alto en estos discursos, desde cómo afectaría vivir 120 o 130 años a problemas como las pensiones o el sistema sanitario, hasta la posibilidad de que se creara una sociedad dual donde solo quienes pudieran pagarlo vivirían más años", explica el catedrático. "La parte que me parece menos seria es la de la singularidad tecnológica, no creo que se llegue nunca a lograr volcar el cerebro humano en una máquina, que es lo que muchos transhumanistas apuntan a que será el futuro: despojarse del cuerpo humano para de este modo poder viajar a Marte".

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Esto enlaza, de hecho, con varias de las obsesiones de Elon Musk, fundador de empresas como SpaceX o Neuralink. Sin embargo, mientras los cohetes desechables ya han logrado despegar, llegar a la Estación Espacial Internacional y aterrizar varias veces, el desarrollo de una interfaz cerebro-máquina está costando mucho más trabajo al magnate australiano. "De momento, no ha logrado nada, hay otros intentos chinos de crear sistemas parecidos, pero no parece que estén funcionando", dice Diéguez, que considera parte de estos discursos futuristas algo perniciosos. "En lugar de centrarse en resolver problemas presentes de nuestro planeta, como el cambio climático, se centran en cómo escapar a otros planetas, lo cual acaba demorando la toma de soluciones".

La motivación no es económica

Originalmente, TransVision iba a celebrarse en el Ateneo de Madrid, para Cordeiro "el segundo auditorio más espectacular de España; el primero es adonde vamos", pero finalmente el triángulo formado entre el presidente del Colegio, el ayuntamiento y la organización Humanity+ ha logrado que el Gran Auditorio les dé cobijo durante varios días.

El evento tiene detrás muchos patrocinadores, incluidas plataformas de criptomonedas, porque la relación entre ambos conceptos es bastante sólida. "Todos los grandes inversores en criptomonedas están apoyando el transhumanismo, incluido el creador del ethereum, Vitálik Buterin", presume Cordeiro. La idea ha trascendido incluso a 'youtubers' como Dalas Review, uno de los más seguidos con 10 millones de fieles, que hace unos meses decidió comenzar a invertir parte de su capital en laboratorios que persiguieran el objetivo de revertir el envejecimiento.

Con tanto dinero detrás del transhumanismo, para cualquier institución es una pragmática tentación alojar un congreso como este. Sin embargo, en este caso todas las partes niegan que el acuerdo entre los organizadores de TransVision y el Colegio de Médicos de Madrid tenga un componente solo económico. Cordeiro habla maravillas del presidente Martínez-Sellés y de su voluntad de colaboración.

"El Colegio tiene un presupuesto muy elevado, de unos 11 millones de euros, por lo que no debería tener una necesidad de financiación", indica Castejón.

La doctora María Cordón, parte de la actual junta directiva, confirma que "este tipo de jornadas y congresos médico-científicos no son organizados por el propio Colegio, aunque siempre están focalizados dentro de la medicina y la investigación", explica. "El Ilustre Colegio de Médicos de Madrid es un edificio que en parte pertenece a Patrimonio por su historia y valor arquitectónico, y, como tal, intentamos que sea de uso y para uso de temas de interés científico, es la casa de los médicos y está por y para ellos", subrayando que los gastos de este congreso corren a cuenta de los organizadores.

"El Icomem no es un local de alquiler, es un lugar dedicado a la ciencia y a sus científicos".

No todos los ponentes serán científicos en sentido estricto. La larga lista de nombres incluye algunos como el abogado Javier Cremades —fundador del despacho Cremades & Calvo-Sotelo y que participa junto a Cordeiro en la Fundación Vida Plus, que explora varios escenarios para la criopreservación— o Alejandro Sacristán, miembro del grupo de tecno-pop Aviador Dro.

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